Carmen Moreno Coco: La inteligencia emocional

“Las personas más inteligentes emocionalmente   tienen una mayor probabilidad de estar satisfechas con su vida”

La inteligencia emocional es la capacidad que tenemos las personas para percibir, usar, comprender y manejar nuestras  emociones y las de los demás.

Emociones como la ira, la tristeza  o la ansiedad, no tienen por qué ser perjudiciales, pues son naturales, necesarias y, como tienen una función adaptativa, nos protegen. Pero sí podemos considerar que las emociones negativas son perjudiciales para nosotros cuando son muy intensas, duran mucho tiempo y nos suceden a menudo. La intensidad, la duración y la frecuencia son los tres criterios con los que Carmen Moreno Coco, psicóloga y terapeuta cognitivo-conductual, identifica cuándo una emoción comienza a ser desadaptativa.

Carmen Moreno Coco

La inteligencia emocional nos ayuda a controlar nuestras emociones

Podemos sentirnos muy tristes a causa de una ruptura sentimental, pero el problema surge cuando la intensidad de esta emoción no decrece y se alarga en el tiempo. Esta emoción, cuyo propósito es buscar apoyo social, deja de ayudarnos “si nos sentimos tristes durante la mayor parte del tiempo, todos los días. Si esa tristeza nos impide trabajar, salir, relacionarnos con los demás, disfrutar de las cosas que antes nos gustaban, [y] si no tenemos apetito o por el contrario no podemos parar de comer, podemos llegar a la conclusión de que esa tristeza se ha convertido en depresión”.

Para determinar si regulamos bien nuestras emociones debemos tener en cuenta su intensidad. “Si frecuentemente reaccionamos con ira, solemos sentirnos atacados ante los ataques, nuestra reacción es desproporcionada y nos metemos con frecuencia en peleas, probablemente tenemos un problema al gestionar nuestros enfados”.

La ansiedad, otra emoción normal que nos ayuda a evitar el peligro y que nos podría dar el empujón que necesitamos para conseguir mejores resultados en un examen, puede ser contraproducente si es muy intensa. “Cuando esa ansiedad es muy elevada, nos impide realizar el examen de una forma correcta porque interfiere en nuestros procesos cognitivos. Es más, si se alarga en el tiempo y nos centramos en nuestros errores [y] no dejamos de darle vueltas, puede llegar incluso a impedir que nos presentemos a otros exámenes, afectando en gran medida a nuestra vida”.

Ser capaces de manejar estos estados emocionales de una forma adecuada es fundamental para llevar una vida saludable y feliz, la gestión de las emociones es muy importante, y es uno de los componentes de la inteligencia emocional,  Por este motivo, el cociente intelectual no puede ser la única medida que calcula nuestra capacidad para desenvolvernos bien en nuestro entorno.

 

Cociente intelectual e inteligencia emocional

“A mi entender, ambas son importantes y complementarias, de hecho los nuevos modelos de inteligencia consideran otros aspectos o facetas de la inteligencia que antes no se consideraban: se necesita tener una cierta capacidad intelectual para poder manejarte de una forma autónoma y hacerte cargo de tu propia vida”.

“La inteligencia es importante, y cuanto mayor sea nuestro cociente intelectual mejor para nosotros, lo que ocurre es que no es la panacea. La inteligencia emocional nos ayuda a manejarnos en nuestro entorno y con nosotros mismos, porque si somos capaces de percibir, expresar, comprender y manejar nuestras emociones y las de los demás tendremos más posibilidades de conseguir nuestros objetivos y fundamentalmente mayores posibilidades de sentirnos satisfechos con nuestra propia vida y de nuestras relaciones con los demás”.

Cómo nos afecta la inteligencia emocional

“En el ámbito educativo ya sabemos que los alumnos más inteligentes emocionalmente presentan una mayor calidad en sus relaciones interpersonales, se preocupan más por los demás, son más prosociales y presentan un mejor rendimiento académico. Los menos inteligentes emocionalmente son más agresivos, presentan más conductas disruptivas, y tienen mayor probabilidad de consumir sustancias tóxicas”.

“En el ámbito laboral, los estudios indican que los sujetos más inteligentes emocionalmente son percibidos más positivamente por otros, presentan mejores relaciones sociales en el trabajo y en los procesos de negociación y liderazgo, una mayor autoestima y satisfacción con la vida, un mejor manejo del estrés y un menor desgaste en el trabajo”.

En el ámbito de la salud, la inteligencia emocional está relacionada con comportamientos de riesgo como las adicciones. Este tipo de inteligencia también está relacionado “con trastornos psicopatológicos como la depresión, fobia social, personalidad límite, esquizofrenia, conducta antisocial, psicopatía…”

“También se ha relacionado la Inteligencia Emocional con la prevención [de la] conducta suicida, con una mejor vida sexual y [con] mejores relaciones familiares y de pareja”.

 

Carmen Moreno Coco trabaja en la Facultad de Psicología de la UCM como profesora y tutora del Master en Inteligencia Emocional e Intervención en Emociones y Salud.

 

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