Ansiedad y depresión durante el Alzheimer

Muchas personas que tienen Alzheimer sufren ansiedad y depresión. Entre 500.000 y 800.000 personas en España tienen esta enfermedad, así que es muy importante analizar por qué sienten apatía o nerviosismo y de qué manera pueden sentirse mejor.

Muchas personas sufren ansiedad y depresión durante el Alzheimer y sólo en España existen entre 500.000 y 800.000 personas que padecen esta enfermedad.

¿Por qué existe ansiedad y depresión durante el alzheimer?

La tristeza, ansiedad y depresión durante el alzheimer surgen sobre todo en las fases iniciales de la enfermedad debido a que los síntomas y el diagnóstico sorprenden al paciente. Sin embargo, en las fases moderadas serán más frecuentes las dificultades para dormir y los problemas para llevar a cabo las actividades cotidianas que antes no suponían ninguna dificultad. Será más probable que los delirios y las alucinaciones aparezcan en las fases avanzadas.

¿Es habitual la depresión?

49 de cada 100 personas con Alzheimer sufren depresión, que además de con un tratamiento farmacológico también podrá ser tratada con musicoterapia o deporte.

Es importante que los pacientes reciban toda la información sobre sus síntomas, y que sus cuidadores les traten con amabilidad y paciencia. Será importante evitar las discusiones y aclarar todas las dudas que puedan tener.

Si los cuidadores intentan entender por qué sienten ansiedad, podrán ayudarles más fácilmente. Estas preocupaciones se deben a una inquietud por lo que depara el futuro, por lo que sucederá con su situación financiera y su salud. La ansiedad también aparece cuando se dan cuenta de que las actividades cotidianas que antes no les suponían ningún tipo de dificultad, ahora son demasiado complicadas.

Alzheimer y miedo

A la depresión durante el alzheimer hay que añadirle el miedo a estar solos en casa, a viajar o a encontrarse entre muchas personas.  El cuidador puede averiguar qué situaciones le causan ansiedad, y evitarlas en la medida de lo posible o tranquilizarle en esos casos.

El cuidador debe encontrarse bien antes de intentar ayudar a la persona que le necesita. Además de preocuparse por la salud de esta persona que depende de él, también debe preocuparse por su propio bienestar. Como cuida a una persona que depende de él, puede sentirse cansado física y mentalmente y también podría padecer ansiedad y depresión.

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